Tanto a nivel personal como profesional es imprescindible saber y ser capaz de poner límites en tu vida. Si eres emprendedora y estás saturada, te sientes poco productiva y no ves los resultados que te gustaría, es hora de que te detengas a pensar si estás poniendo límites donde deberías.
Hay al menos cuatro tipos de límites que tienes que tener en cuenta si quieres que tu negocio fluya y no deseas seguir estancada sin saber por dónde seguir:
1. A personas
Esta es una de las cosas que más cuesta, especialmente si hablamos de alguien cercano a ti; pero es hora de mantener la distancia con las personas que te desaniman, te roban la energía, solo saben criticar, no te apoyan o no comparten tu ambición.
Al contrario, comienza a rodearte de personas proactivas, que te apoyen, que no hablen de crisis constantemente.
¿Difícil? A veces sí, pero aunque sea un par de veces por semana reúnete con otros emprendedores, con un buen amigo o familiar que te apoye y, como mínimo, minimiza el contacto con los pesimistas. No te van a ayudar mucho, especialmente si acabas de empezar, que es cuando estás más insegura y eres más fácilmente influenciable.
En la relación con tu pareja también requieres poner límites y aquí te dejo un artículo en el que te cuento cómo hacerlo. Haz clic para verlo
2. A actividades
Pocas personas se paran a pensar en la cantidad de cosas que hacemos al día y en todas las que no nos aportan nada o, peor, nos quitan energía y motivación.
Te sugiero que durante al menos una semana anotes qué actividades te quitan la energía, cuáles haces por obligación, cuáles te quitan más que te dan.
Está claro que en la vida y en tu negocio hay cosas que hay que hacer aunque no te gusten mucho y que, si no puedes delegarlas, pues no te queda otra que hacerlas. Pero, piensa en las actividades que en realidad no le aportan nada a tu proyecto o a tu vida.
¿Haces demasiados favores a otras personas?
Cuando hagas algo por alguien, que sea porque de verdad quieres hacerlo. Si estás estresada, resentida, agobiada y hasta furiosa, es que en realidad no quieres hacerlo, así que no lo hagas.
¿Qué actividades son las más importantes en este momento? ¿A qué le dedicas tu tiempo?
Enfócate en el famoso método 80/20, en ese 20% de actividades que producen el 80% de tus resultados, así como en las actividades que incrementan tu motivación y energía y, por supuesto, empieza a limitar las que no.
3. A ciertos pensamientos
Hay que controlar esos ciclos de pensamientos negativos, para que no te dominen.
Cada vez que te des cuenta de que estás teniendo pensamientos negativos, cancélalos mentalmente y ordena a tu mente a pensar en memorias positivas, es decir, recuerdos o pensamientos que te empoderen, te hagan sentir feliz y cambien tu estado mental y emocional, de negativo a uno positivo.
4. Al tiempo
Analiza bien cómo empleas tu tiempo y pon límites donde sea necesario.
¿Pasas demasiado tiempo en redes sociales, tomando café con amigas o leyendo blogs?
Piensa bien en cómo utilizas tu tiempo y serás mucho más productiva y te sentirás más satisfecha con tu día a día.
Puedes utilizar cronómetros o programas que cierran automáticamente páginas, lo que te sea útil, pero limita bien el tiempo que dedicas a lo que no es productivo ni mental ni prácticamente.
Poner límites no es fácil, pero ten claro que si no los pones tú, entonces te dejarás dominar por circunstancias externas y acabarás saturada y estancada.
Cuando aprendes a poner límites sanos te resultará más fácil mantener la energía, el enfoque y la motivación, te centrarás en lo verdaderamente importante y avanzarás mucho más a todos los niveles.
Varias veces al año, abro inscripciones a mi curso Psicología de una mujer que sabe poner límites donde enseño mi método para lograrlo y construir relaciones sanas y felices.
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