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Como sanar la relación con mi madre

May 24, 2024

Saludos, te saluda Vero Gutiérrez, si es tu primera vez visitándome ¡Bienvenido! y si ya eres seguidor, gracias por tu confianza…

El tema de hoy es un tema muy importante para mí, porque soy madre y también fui hija, así que sé lo importante que es entender el valor de nuestra relación como hijas y madres.

 

Muchas veces nuestra relación con mamá se va deteriorando por distintas circunstancias de la vida y nos vamos alejando o reservándonos emociones ligadas al resentimiento, decepción o ira.

Esto daña terriblemente nuestra calidad de vida y nos impide ser felices. Sanar nuestra relación con mamá nos abre un mundo de posibilidades para ser felices, vivir en paz y llenos de prosperidad, regocijados en el amor más puro y verdadero.

La buena noticia es que ha llegado hasta aquí, porque estás dispuesto a sanar tu relación con mamá y la divinidad me permite apoyarte en ese proceso.

¿Alguna vez has vivido una difícil con tú mamá y no has sabido solucionarlo? Y te das cuenta de que ella tampoco sabe como hacerlo y ese sentimiento se ha quedado en su relación, se va transformando en asperezas, barreras entre ambos, que los dividen y alejan. Eso duele, lo sé muy bien.

Te quiero compartir un poco de mi historia…

Hace años, por algunas razones y circunstancias de la vida, me alejé de mi mamá. Estuve tres años sin comunicarme con ella y eso me dolía. La razón era una tontería, porque nunca tuvo conflictos. En algún momento yo tuve miedo de ser rechazada por mamá, debido a una situación difícil que estaba atravesando y mi miedo me llevó a alejarme de ella.

Después de esos tres años sin comunicarme con mi madre, yo inicié mi proceso de sanación interior y comencé a sanar herida que me impedían ser feliz, ser una mujer segura y apasionada.

Comprendí que mi forma de actuar no era la mejor y tomé la responsabilidad de mis acciones erróneas y una de ellas, era recuperar mi relación con mamá.

Cuando mi mamá dejó su cuerpo físico, el 18 de diciembre del 2015, pude darme cuenta del gran cambio que surgió de aquél proceso de sanación. Me sentí agradecida, porque pude restaurar mi relación con ella años antes de su partida y la acompañé día y noche durante las últimas tres semanas de su existencia en su cuerpo físico.

A pesar de lo triste de su partida, atesoro esa experiencia porque pude estar con ella, día y noche, en sus últimas horas y cuando dejaba su cuerpo, con su último aliento de vida, mi madre buscó mi mano y me dio un apretón, despidiéndose de mí de esa manera .

Estoy segura de que se fue contenta, porque yo hice lo mejor que pude, porque yo recuperé nuestra relación, los últimos años de su vida fueron hermosos, armoniosos y yo me quedé sin cargos de conciencia.

Entiende que ni mamá ni tú son perfectos…

Como parte del proceso de sanar tu relación con mamá, quiero compartir contigo algunos consejos que te ayudarán a comprender y transformar aquello que hoy duele y afecta su relación:

Te invito a observar lo que mamá ha vivido . Mira las situaciones difíciles por las que ha pasado tu madre.

Quizás durante su niñez, tu mamá no tuvo el cariño o la atención que ella deseaba, necesitaba o se merecía. Por eso, no supo cómo aprender a ser mejor madre, más amorosa, cariñosa, paciente o comprensiva, aceptándote tal cual eres y siendo consciente de tus necesidades afectivas. No es su culpa.

Contempla la posibilidad de que mamá también haya sufrido, llorado, se haya sentido incomprendida, menospreciada, no valorada y desde el momento en que te pones en sus zapatos, puedes comprender las razones por las cuales ella cometió ciertos errores, estoy segura de que lo hizo sin malas intenciones y quizás sin darse cuenta cuánto daño te hacía. Ella también ha vivido y padecido, trátala con compasión.

Tú tampoco has sido el hijo perfecto. También puedes asumir que quizás no hayas reaccionado de la mejor manera en algunos momentos, quizás pudiste haber ofendido a tu mamá.

Entonces, ¿Por qué echarle la culpa sólo a ella de la situación, cuando ambos son responsables?

Qué importa si mamá no es lo suficientemente abierta como para hablar de sus problemas contigo. No la fuerces. Si tú te comprometes a sanar su relación, ella igual recibirá los beneficios, así no hablen al respecto. Puedas ser que en algún momento, cuando ambos estén preparados, entonces podrán conversarlo.

¿Alguna vez has iniciado una conversación con mamá, para manifestarle tu necesidad de afecto, cómo te sentiste cuando ella dijo o hizo algo en el pasado, o simplemente para decirle que la has perdonado y resulta en una discusión que empeora todo?

Nuestros padres son seres humanos antes que padres y por ende, les duele o no saben cómo hablar de ciertas cosas.

Date la oportunidad de sanar tu primero, sin intentar forzar la comunicación con mamá, ésta se dará cuando uno o ambos hayan sanado. Entonces, desde el amor, se dirán aquello que haga falta aclarar.

Si llegaste hasta aquí, es porque te sientes identificado con mi historia o estás comprometido a sanar tu relación con mamá.

Ahora, te recomiendo que escribas una carta dirigida a tu mamá y que en ella, expreses todo lo que sientes, en el orden en que te vengan las ideas o emociones, déjalas salir y usa las palabras que te fluyan, aún si no son las más respetuosas, ésta carta será sólo para ti.

Es muy importante que anotes todo lo que sientes, le digas lo mucho que te duele lo que pasó entre ustedes y mientras haces tu carta, llora si sientes la necesidad de hacerlo, no te reprimas ni limites la extensión del texto.

Al finalizar la carta, elige perdonar a mamá, libérala y bendícela. Haz lo mismo contigo y luego, ve a un lugar seguro, donde puedas quemar la carta y le prendes fuego.

Cuando sanamos nuestra relación con mamá, nos permitimos liberarnos de emociones y cargas que, probablemente, hayan estado en nuestra familia por generaciones y las heredamos.

Date la maravillosa oportunidad de sanar y crear la vida que mereces, iniciando con tu relación con el ser que te dio la vida y que gracias a ella, has podido llegar aquí, para aprender a vivir mejor y ser profundamente feliz.

Mamá es el ser más importante en nuestras vidas, a través de nuestra madre nacemos y el hecho de darnos la vida, constituye el mayor acto de amor y manifestación divina.

¡Te deseo muchas bendiciones, paz y felicidad!

 

 

 

 

 

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