Los enlaces energéticos son conexiones de suma importancia en la vida del ser humano, ya que, al estar compuesto por energía, depende completamente de la misma para ejecutar cada acción y para lograr cada meta en la vida, sin importar su dificultad, tamaño o el tiempo que requiera. Siempre será con energía con lo que lograremos cada cosa, es la esencia de nuestra vida y existencia en este mundo.
Las cargas energéticas son temas a estudiar y cuidar si queremos lograr una existencia plena y para hacerlo, debemos tener en cuenta que la energía no está en nosotros de manera pura, también existe en nuestra vida la energía de las personas con las que nos rodeamos, con quienes compartimos, con quienes somos cercanos e íntimos y también, está la energía de los lugares o ambientes que frecuentamos.
Además, hay otro aspecto importante a tener en cuenta a la hora de hacernos conscientes de nuestra energía esencial, y se trata de la energía de nuestros antepasados, que generación tras generación han ido dejando cargas energéticas positivas y negativas, que han ido dando forma y carácter a nuestro linaje familiar, provocando ciclos que se repiten constantemente en la familia hasta que alguien, en alguna generación, se logra dar cuenta de eso y rompe con este ciclo que iba marcando la vida de toda su familia.
Este es un proceso donde se combinan distintas herramientas holísticas de sanación, meditación y ejercicios que van profundo a nuestra psique y ayudan a dejar fluir esas energías que venimos cargando desde antes de nacer, a través de nuestros padres y, previo a ellos, nuestros abuelos y así, en una cadena que podría extenderse ilimitadamente, resultando en una marca energética que acompaña nuestra vida y constantemente la está encaminado a que se repita, una y otra vez, la misma situación.
La sanación interior profunda nos ofrece la posibilidad de sanarnos a nosotros mismos, pero no se queda solo ahí, ya que la energía al estar compartida por un linaje familiar ininterrumpido, sigue fluyendo con su efecto en nosotros y hacia nuestra descendencia, también hacia nuestros padres, abuelos y continúa con el resto de nuestro linaje ancestral, estén o no, encarnados físicamente.
Al experimentar la sanación evitamos ciclos tóxicos de energía para nuestros hijos e hijas, quienes sin saberlo, podrían llevar estas pesadas cargas energéticas, las cuales les transmitimos nosotros.
Hacernos conscientes de esta realidad y tomar acción para ayudar a sanar y liberar energía estancada, nos va a beneficiar en todos los sentidos. Soltaremos cargas que nos podrían estar impidiendo el éxito y la felicidad en los aspectos: emocional, mental, físico, profesional, económico y social.
La sanación interior profunda no es un proceso que se logre de la noche a la mañana, pero con constancia, determinación y paciencia, podemos llegar a alcanzar ese punto de paz interior que nos permita sentirnos libres en nuestra propia existencia, para dar un borrón y cuenta nueva a todas las generaciones que están por venir en nuestra familia y también, agradeciendo y liberando a aquellos por los que estamos en este mundo y que nos han heredado, no solo cargas energéticas negativas que nos afectan, sino que también nos han dado la sabiduría y la fortaleza para vivir esta vida y así podremos retribuirles a través de la sanación, la gratitud y el amor.
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